Día de la Lectura en Andalucía
El 16 de diciembre celebramos el Día de la Lectura en Andalucía, para regocijo de los lectores, de
los libros y bibliotecas, de los escritores e ilustradores y de todos los que aman la palabra escrita.
los libros y bibliotecas, de los escritores e ilustradores y de todos los que aman la palabra escrita.
Cada año, un autor o autora nos regala para celebrarlo una ALOCUCIÓN.
Autores como Juan Mata, Carmen Ramos, José Antonio Marina, Milena Rodríguez Gutiérrez, Pilar del Río, Rosa Díaz, Fernando Iwasaki, Emilio Lledó
Mi alocución:
Todos los que sentimos curiosidad y buscamos respuestas a través de los
libros somos seres privilegiados. Amamos la huella indeleble de las páginas
escritas, por eso alentamos a toda la ciudadanía a seguirlas y así, unidos,
proclamemos públicamente nuestro compromiso de proteger y cimentar el camino
hacia la lectura, con optimismo, entusiasmo y libertad.
Hoy es un día especial de extraordinaria trascendencia para los andaluces, pues
celebramos dos acontecimientos de nuestra historia literaria: el encuentro en
Sevilla de la Generación del 27, para rendir homenaje a la figura de Luis
de Góngora, andaluz universal e insignia del viaje poético de esta generación y
el nacimiento de Rafael Alberti, destacado miembro de ella. Ambos
acontecimientos convierten esta fecha, 16 de diciembre, en la más idónea para
celebrar el Día de la lectura en Andalucía.
Estos escritores unidos por amor a la palabra escrita, nos regalaron una
partitura lírica de extraordinaria profundidad temática, en la que mezclaron la
estética popular con las emociones arrebatadas.
Luz, soledad, amor, nostalgia, paisajes, que dirían ellos, en cualquier lugar,
¡Lee Andalucía!
LEER, sí, para que el alma de los libros siempre esté despierta a la
búsqueda de un lector con el que compartir la magia de la lectura y la aventura
de las palabras.
LEER, no cabe duda, para que nuestros hijos lean y poder compartir su
satisfacción cuando descodifiquen sus primeras letras o descubran los cuentos y
sus encantamientos, porque si nos hacemos cómplices de estos hallazgos,
crearemos lazos afectivos insospechados.
LEER, claro, para aprender a escuchar la voz de los libros, el corazón
de los hombres o mujeres que los escribieron. Sus ideas, sus palabras, sus
motivaciones, sus penas o contentos y entender que lo hicieron sin importarles
los límites, los horizontes vetados o las críticas.
LEER, evidentemente, para cultivar la capacidad de comprender las
múltiples facetas evolutivas de la sociedad, sabedores de que la lectura
es la primera puerta que atravesamos hacia la libertad, el conocimiento, la
diversidad, el éxito, la educación, hacia las ganas de vivir.
LEER, por supuesto, y descubrir que los libros tienen recursos
inagotables para hacernos crecer en armonía con nuestro yo y el mundo que nos
rodea convirtiéndonos así en parte activa de su evolución y de su
historia.
LEER, cierto, para que la vida de los libros y sus protagonistas nos
hagan pensar y viajar hasta esos lugares a los que la imaginación nos lleve. Es
extraordinario comprobar que una sola palabra reproduce imágenes diferentes en
cada mente. He aquí una de las claves más fascinantes de la lectura.
LEER, indudablemente, para aceptar el reto de los libros. Ellos nos
ponen en la tesitura de enfrentarnos con nuestra existencia, al vivir
paralelamente la de los personajes o escenarios que los habitan. Solucionando
sus interrogantes arrojamos un haz de luz a los nuestros, al reír sus alegrías,
cantamos las propias, al atravesar un río de papel lo convertimos en algo real,
transparente y tangible.
LEER, porque un texto escrito, cincelado, tallado en una piedra,
dibujado en un papiro o pasado a un disquete, conforma la memoria, la cultura y
la esencia del colectivo humano.
LEER, sencillamente, para alejarnos de la rutina, de la pasividad,
porque este hecho es la pizca de rebeldía que nos hará salir del inmovilismo y
nos conducirá, sin apenas darnos cuenta, al placer de la lectura. Coger el
libro que nos apetezca y leerlo, saborearlo, disfrutarlo, vivirlo, imaginarlo.
Esta emoción, deslizándose ante nuestros ojos, transitando nuestro ingenio, nos
creará sensación de plenitud.
LEER, por el deseo de LEER.
Celebremos pues este día esgrimiendo estos u otros argumentos, ¡hay tantos!
Importante es no dejarlo para luego, no nos quedemos en el prólogo de la
lectura, en el umbral de un universo fantástico que nos pide un acto de
voluntad, sí, pero nos devuelve intereses infinitos. No nos perdamos esta
empresa y no se la neguemos a nadie. Disfrutemos de la experiencia apasionante
de LEER.
Vivamos hoy, mañana, siempre, el sueño de Alberti. Seamos marineros de letras,
barqueros de relente, nostálgicos de lunas, para sentir con alegría el enigma
de abrir un libro y... ¡¡LEER!!
Carmen Ramos
Audio de la alocución:
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